En toda comedia romántica que se aprecie como tal, dos personas después de pasar por muchos inconvenientes, logran entender que son el uno para el otro y ser felices para siempre.
Para las películas todo bien. El problema comienza cuando en función de ese mensaje, las relaciones afectivas se idealizan a tal punto que surge la idea de ‘Pareja Perfecta’. Basta con buscar en Internet temas relacionados con la pareja, para ver estereotipos que por lo general no se ajustan a la realidad. Haga el siguiente ejercicio: ingrese a Google y digite “parejas”, el resultado serán muchísimas fotos de parejas jóvenes, felices y profundamente enamoradas.
La culpa de este ideal de ‘Pareja Perfecta’, la tiene Hollywood, así como la literatura romántica y, en especial, las redes sociales, que nos han hecho creer que las parejas “sanas” tienen los siguientes elementos en común:
1. No pelean. 2. Están siempre felices. 3. Saben lo que al otro le pasa con solo mirarlo. 4. Se quieren como el primer día. 5. Son incondicionales. 6. Siempre están de acuerdo. 7. El sexo es espontáneo y apasionado. 8. Es para toda la vida.
¿Le parecen conocidas estas características?
Seguramente sí. Y posiblemente su siguiente pensamiento será “eso no ocurre en mi relación… ¿será que no somos una pareja sana?”. Pero no se preocupe, esto NO ocurre en la vida real.
Gracias a esto, gran parte de los problemas de pareja surgen cuando sus integrantes comparan su relación con esas ideas culturalmente impuestas, haciéndoles creer que su relación no va bien. Es decir, con el correr del tiempo dichas ideas se han arraigado de tal forma, que se han transformado en una verdad irrefutable, generando muchas veces un problema donde no lo hay.
Para evitar caer en esta trampa, resulta sumamente útil tener en consideración las siguientes ideas:
1. La felicidad no es un estado permanente: Como en toda relación humana, las parejas pasan por buenos y malos momentos. Hay momentos en los que es posible experimentar felicidad, pero habrá también otros en que se produzcan dificultades.
2. Todas las parejas pelean: Sí, todas. Las discusiones son habituales dentro de las relaciones de pareja. Lo importante es estar alertas cuando esas peleas se tornan insostenibles y generan sufrimiento.
3. En la pareja no existe la telepatía: Es posible comunicarse sin hablar, sí, pero hasta cierto punto. A veces una mirada basta para entender lo que nos quieren decir, pero lo que no es posible, es que el otro sepa exactamente qué, cuándo y cómo necesitamos lo que necesitamos.
4. El amor no es una emoción, es un sentimiento: La diferencia es que la primera es intensa y momentánea, mientras que el sentimiento es más duradero en el tiempo e incluye la capacidad de pensar sobre lo que se siente. Es por esto que la experiencia del amor va cambiando a medida que va avanzando la relación. Puede que sea menos intenso que al inicio, pero seguramente más estable.
5. El sexo se puede programar: Salvo en parejas que recién inician o en honrosas excepciones, el sexo no siempre tiene esa espontaneidad y pasión que vemos en las películas. Diversos factores generan que las relaciones sexuales sea menos frecuentes o menos intensas, lo que no significa que no sean satisfactorias.
Estas y muchas otras situaciones son perfectamente normales en toda relación y no se constituyen como problemas de pareja, sino que por el contrario, nos pueden indicar que hemos pasado de una relación idealizada a una que comprende que se puede ser feliz con sus pros y contras, enojos y alegrías, pasiones y calmas. Lo importante es mirar cada relación, y revisar las propias normalidades alejadas de dudosos estereotipos, para desentramparse de problemas que son cotidianos.
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